F1
Alonso deja claro en Monza que es el amo de la Fórmula 1
Fernando Alonso ganó el Gran Premio de Italia por delante de su compañero en el equipo McLaren-Mercedes, el británico Lewis Hamilton, que sigue líder del Mundial, pero con sólo 3 puntos de ventaja sobre el español a falta de cuatro carreras. Tercero en Monza fue el piloto finlandés Kimi Raikkonen, a los mandos del único Ferrari que cruzó la meta, ya que el de Felipe Massa se averió. Alonso dominó la carrera de principio a fin y se estrenó al fin en el mítico circuito de Monza. Tomó el liderato al darse la salida y sólo perdió el primer puesto en favor de Raikkonen, que lo ocupó cinco giros, cuando se detuvo a parar por primera vez en la vuelta vigésima de las 53 de que constaba la prueba. En cuarta y quinta posición se clasificaron los BMW-Sauber del alemán Nick Heidfeld y el polaco Robert Kubica, en sexta el alemán Nico Rosberg (Williams-Toyota), en séptima el finlandés Heikki Kovalinen (Renault) y en octava el británico Jenson Button (Honda).
Se sacó la espina Alonso consiguió la victoria, la vuelta rápida y la 'pole' y se acerca con paso firme a su tercer título. Además, se sacó la espina en Monza, el circuito mas antiguo y que más veces ha acogido pruebas de Fórmula 1, en donde sólo había terminado una vez en los puntos, hace dos años, cuando fue segundo tras el colombiano Juan Pablo Montoya. Centro de la polémica tras conocerse que un intercambio de correos entre él y Pedro de la Rosa era la nueva evidencia de la Federación Internacional para reabrir el caso de espionaje que involucra a las escuderías Ferrari y McLaren, Fernando logró superar toda la presión mediática y concentrarse en su trabajo, y desde la primera jornada fue el más rápido. La salida del asturiano no fue excepcional, pero fue líder al final de la variante de final de recta. Luego comenzó a tirar fuerte, porque su objetivo era acumular la ventaja suficiente para realizar sus dos repostajes con la tranquilidad de mantener el primer puesto.
Accidente de Coulthard El objetivo se torció cuando el escocés David Coulthard se salió de la pista en la segunda vuelta al desintegrarse el alerón trasero de su Red Bull y el director de carrera ordenó la salida del coche de seguridad para limpiar la pista. Los pilotos afrontaron seis vueltas tras él y cuando se fue Alonso inició un nuevo despegue; lo consiguió con los Ferrari, pero no con Hamilton, que siempre estuvo a un segundo de él. La retirada de Massa por avería mecánica en la décima vuelta, puso algo más fáciles las cosas, pero no mucho, ya que tras las primeras paradas de los dos hombres de McLaren el líder fue... Raikkonen. Ferrari jugó una baza arriesgada pero nada descabellada, que era hacer un único repostaje a mitad de carrera para ganar posiciones con los segundos ahorrados.
Doblete en casa del rival La emoción de la carrera estuvo entonces en saber si Fernando lograría ventaja suficiente sobre Kimi una vez que éste realizara su parada en boxes para mantenerse líder cuando hiciera su segundo repostaje. El español pudo salir por delante del finlandés en su última parada, pero no Hamilton, que a diez vueltas del final superó al de Ferrari en una espectacular frenada al final de la recta de meta y recuperó el segundo puesto. Así pues, doblete de McLaren y fiesta por todo lo alto en la casa del máximo rival. Entre los miembros de la escudería reinó un ambiente de unidad y cordialidad, como si nunca hubiera pasado nada, y Ron Dennis recibió la copa de vencedor de constructores de manos de Emilio Botín, presidente del Banco Santander, uno de los principales patrocinadores del equipo y de la carrera. Pero la procesión va por dentro, ya que el 13 de septiembre comparecerán ante el Consejo Mundial de Deporte del Motor, en el que pueden ser fuertemente sancionados.
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